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Estaba escrito
en los libros de la vida
que serías tú
mi más preciada compañía,
que te quedarías a mi lado,
de noche y de día,
que en tu paz y confianza
mi esperanza reposaría.
Era nuestros destino
permanecer atados,
como el árbol a su raíz,
como tierra al barro,
como el río que frondoso
inevitablemente llega al mar,
como lluvia al suelo
como aire al respirar.
Habías sido asignad@
con una gran misión,
ser de mi vida entera
amad@ escultor,
moldearme con amor
regalarme tu saber
sin embargo huiste
y solo me dejaste
un martillo y un cincel.
Jessica Carrasco Carrasco
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