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Para que me escucharas,
yo que no cantaba,
canté,
y para que se pueda entender,
canté desde la mañana al anocher,
un ruiseñor complice de mi dolor,
me regaló de su voz,
y con esa voz de ensueños
compuse para ti esta canción:
"Mírame a los ojos
tan solo una vez,
que tu mirada de luz
me hará florecer,
que en tu rostro azul
mi rostro dibujaré,
que en tu pupilas, negras
como en verdes espejos,
me veré".
Sin embargo tu
no pudiste escuchar,
la melodía que sin palabras
quería para ti cantar,
y cuando la noche me llegó
sin que oyeras mi clamor
me dormí en el silencio
de mi propia canción.
Jessica Carrasco Carrasco
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