Cuando el telón cayó 
y cesó la actuación,
solo quedamos los dos
sin más simulación,
y después de todo
que fuimos al final?
poco, tan poco
que no hay más que hablar.

​

Y no es que no me importe
aún siento ganas de llorar,
el precio pagado 
por verte a diario actuar,
el tiempo perdido
creyendo que era real,
el tiempo ido
que jamás volverá.

​

No te culpo ni me culpo
por haber tenido que aprender
a creer primero y pensar después
a comprar barato
este oscuro antifáz
que nos impidió ver
lo que había detrás.

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Con la carne expuesta
una vez quemada la piel
ya no queda nada más que esconder
te miro, me miras
nos brota como agua el dolor
sin rabia ni resentimiento
debemos decir adiós.

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Jessica Carrasco Carrasco